Espacio de divulgación científica y tecnológica patrocinado por la Universidad de Alcalá (UAH), con el objetivo de acercar el conocimiento y la investigación a la ciudadanía y generar cultura de ciencia
Talleres de artesanos prehistóricos en Guadalajara: ¿fue un gran centro de producción y distribución en la península ibérica?

Vivieron hace unos 5.000 años en lo que hoy conocemos como Romancos, un municipio dependiente de Brihuega, en la provincia de Guadalajara.
Eran artesanos y elaboraban cerámica y útiles de sílex para las tareas domésticas o los ritos funerarios. Hasta aquí puede parecer algo normal, pero en realidad es todo un hallazgo. El lugar pudo ser un centro de producción especializado en el centro peninsular, de los pocos que se han encontrado y que están siendo documentados en toda Eurasia.
Dos yacimientos, identificados durante una prospección en el valle del río Tajuña sobre nueve sitios arqueológicos, han mostrado evidencias de la extracción y producción de hojas largas de sílex, unos enormes cuchillos, durante el Neolítico final y el Calcolítico.
Un equipo internacional multidisciplinar de geólogos, biólogos y arqueólogos se toparon con el hallazgo en un área que estuvo destinada a la extracción y manufactura de la roca de sílex, muy cerca de los hoy conocidísimos campos de lavanda de la Alcarria. Su investigación se ha publicado en Antiquity Journal.
El doctor en Prehistoria de la Universidad de Alcalá, Francisco Martínez-Sevilla, explica que “el valle del río Tajuña, en Guadalajara, es uno de los lugares con más abundancia de sílex. Tradicionalmente, se usó para las piedras de trillo. Sabíamos de los afloramientos en el lugar, en términos geológicos, y por eso nos planteamos la prospección para saber si había o no talleres de época prehistórica”.
En esta parte de Guadalajara hace cinco milenios tallaban la roca con cobre, creando núcleos de grandes láminas, que sacaban con una palanca. “Hablamos de producción especializada de láminas que llegan hasta los 35 centímetros. Son excepcionales, una especie de grandes puñales”, explica.

El sílex de esta parte de la península ibérica es muy diferente al que puede encontrarse en el sur. “Uno de los trabajos que hemos hecho es su caracterización geológica. Es de tipo lacustre y es muy, muy duro, con unos colores blancos y rosas y translúcido”.
Estas grandes láminas suelen aparecer también asociadas a necrópolis, hipogeos o dólmenes. “Se pueden considerar elementos de prestigio o estatus dentro de estas sociedades”, explica el codirector de la investigación Ignacio Triguero Perucha. Este doctor en Prehistoria por la Universidad de Alcalá, que trabaja en la Biblioteca 'Manu Leguineche' de Brihuega, señala que “estos yacimientos son una réplica casi exacta de los del sur de la península, pero es que su capacidad técnica aquí era elevadísima”.
Los moradores del lugar habían pasado de ser nómadas a sedentarios, asentados en el territorio. La producción de este tipo de utensilios, en un momento de transición hacia la Edad de los Metales, refleja la especialización artesanal de los pobladores del lugar. “Quizá lo hacían a tiempo parcial, porque seguirían con sus actividades de agricultura y ganadería”, apostilla Martínez-Sevilla.
También denota la existencia de extensas redes de distribución. “Hasta ahora se suponía que esta tecnología solo se utilizaba en el sur de la península ibérica, en las Cordilleras Béticas. Lo que ahora sabemos es que esos cuchillos de grandes dimensiones también se fabricaban en talleres del centro de la meseta. A la red de circulación de estas herramientas, incluso de intercambio, hay que unir estos dos nuevos talleres que tenían la misma tecnología. Es muy relevante”.

La segunda fase del proyecto pasará por la excavación y por lograr dataciones de Carbono 14 para conocer la cronología exacta de los talleres y estudiar si hubo o no asentamientos en el lugar. Después podrán compararlo con otros de Eurasia. “Analizaremos si la tecnología se producía aquí o si se difundió”. Y es que en la vecina cuenca madrileña no se han encontrado centros de producción de este tipo. Francisco Martínez-Sevilla cree que “las grandes láminas que aparecen en Madrid probablemente procedan de Brihuega”.
“Siempre se ha pensado que las zonas de la meseta recibían influencias culturales de lugares más avanzados en la costa, y resulta que se estaba desarrollando allí algo igual, y también muy avanzado”, apunta Triguero Perucha.
En el lugar también han encontrado restos de cerámica. “Eso indica que probablemente hubo hábitat en la zona de taller”, señala Francisco Martínez-Sevilla. “Nos hacemos muchas preguntas. Por ejemplo si estaban tan especializados en la herramienta que no solo se autoabastecían, sino que llegaron a crear redes de distribución. O dónde están los dólmenes asociados a estos utensilios, porque el más cercano está en Aguilar de Anguita”, una población situada a unos 70 kilómetros hacia el noreste.
Este trabajo forma parte de un proyecto para la prospección de áreas que no han recibido atención arqueológica y es el primero del proyecto de investigación Aprovisionamiento y gestión del sílex durante la Prehistoria en los valles de los ríos Tajuña y Ungría, que cuenta con la colaboración de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
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