Quentin Richardson.
15 de agosto.- De Nueva York a Miami hay poco mᅵs de tres horas de vuelo, 2.000 kilᅵmetros de Norte a Sur por la costa Este norteamericana. Sin embargo, a Quentin Richardson, compulsivo alero anotador en busca de reconquistar sus mejores noches en la NBA, el periplo de una ciudad a otra le ha llevado casi todo un verano, desorientado en un sinsentido de estaciones intermedias. Una rocambolesca historia que viene a poner de manifiesto el absurdo en que en ocasiones se convierten los traspasos en la mejor liga del mundo de baloncesto.
Parece que, al fin, la camiseta que defenderᅵ Richardson serᅵ la de los Heat de su amigo y paisano –ambos nacieron y se criaron en Chicago– Dwayne Wade, con el que se cita cada verano para ponerse a punto. Pero quien se lo hubiera dicho al ex de la Universidad de DePaul cuando el pasado 25 de junio, en la noche del draft, los Knicks –en los que pasᅵ las ᅵltimas cuatro temporadas– le cambiaron, cual cromo, por el pᅵvot serbio Darko Milicic a los Grizzlies de Memphis. Fue compaᅵero de Marc Gasol menos de un mes (por supuesto, sin ni siquiera disputar un solo encuentro). El 17 de julio pasᅵ de Memphis a Los ᅵngeles, precisamente al equipo con el que debutᅵ en la NBA en 2000, los Clippers, a cambio de Zach Randolph. La vuelta a los orᅵgenes tambiᅵn resultᅵ efᅵmera, apenas tres dᅵas, pues el 20 de julio hacᅵa las maletas con destino a Minnesota a cambio de Sebastian Telfair, Mark Madsen y Craig Smith.
No estaba mal cuatro equipos en un mes para un tipo que viviᅵ su mᅵs brillante temporada en aquellos Suns de Mike D’Antoni que enamoraron al universo bailando el Run&Gun al ritmo endiablado que marcaba Steve Nash durante la temporada 2004/2005 (finales de Conferencia tras una marca de 62-20). Ex novio de la famosa cantante Brandy –con la que estuvo prometido durante 15 meses– y con un pasado salpicado de cruda violencia (dos hermanos suyos, Bernard y Lee Jr., fueron asesinados, en diferentes circunstancias y aᅵos), Quentin ha vivido el, tal vez, ᅵltimo episodio de un verano con demasiado jet lag.
Ayer finalizᅵ su salvaje crucero estival –a cambio de Mark Blount–, en un conjunto que, al igual que ᅵl, quiere revivir glorias no tan lejanas (fueron campeones en 2006). "Estamos muy contentos. En el transcurso de su carrera ha demostrado ser un gran competidor", afirmaba Pat Riley, el veterano ex entrenador y actual presidente de la franquicia de Florida, consciente de la importancia de un jugador que, ademᅵs de aportar tanto en defensa como en ataque (consumado especialista en triples, ganᅵ el concurso de All Star en 2005), estᅵ, a sus 29 aᅵos, en la ᅵltima temporada de su contrato (9,3 millones de dᅵlares de sueldo), y puede dejar un buen espacio salarial para alguna adquisiciᅵn en el prᅵximo verano, el de los agentes libres, el esperado 2010.
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