- Libros 'Un día en la vida de Abed Salama', varias décadas de horror en Palestina
- Cine Bárbara Lennie: "Mis abuelos nunca quisieron hablar de su detención y tortura en la dictadura argentina, fuimos los nietos los que preguntamos"
- Literatura Javier Giner: "Los que crean que un drogadicto es un criminal indeseable son gentuza"
Hagamos un pequeño experimento. Acaba de entrar en una librería o una biblioteca y usted, fiel lector de ensayo histórico, se dirige hacia esa sección. Segunda Guerra Mundial, Guerra Civil, Guerra de Vietnam, el conflicto palestino-israelí... y en la mesa de novedades y destacados no le costará encontrar varios relatos personales donde la Historia, con mayúsculas, se entremezcla con esas vivencias, en minúscula, para retratar una época con obras de Ian Gibson a Paco Cerdà, pasando por Nathan Thrall, József Debreczeni o Manuel Calderón.
Entra una segunda persona en busca de un tratado filosófico y lo más probable es que, en primera plana, le aguarde el superventas Wolfram Eilenberger, cuya última publicación Espíritus del presente es efectivamente un ensayo en esta materia. Pero el relato no está construido sobre las ideas sino que ese recorrido se ha hecho a partir del pensamiento de cuatro figuras históricas, con nombres y apellidos: Theodor W. Adorno, Susan Sontag, Michel Foucault y Paul K. Feyerabend.
Siguen cruzando las puertas de este negocio más y más personas y se dirigen hacia los espacios reservados a la política, la novela, la autoayuda, la psicología... Y en todos ellos se acumulan infinitos relatos en primera o en tercera persona que relatan la vida de algún personaje concreto. En el estante de lo más vendido, la misma tendencia. Las biografías, memorias o derivados son ya una constante en todos los géneros literarios. Y los datos de consumo muestran que, dentro del aumento generalizado de lectores que se ha producido en los últimos años, en ese epígrafe es especialmente pronunciado.
El avance de la Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales en España del Ministerio de Cultura para 2024 muestra que este género se ha disparado más de un 120% desde 2022 -y un 150% desde 2010-. En el informe previo, el de 2022, un 8,8% de los lectores aseguraban que las consumían; en el último, que se publicó el pasado mes de diciembre y sirve como primera muestra del pasado año, ya son un 18,8% quienes son lectores habituales. Es la categoría que mayor crecimiento experimenta junto al cómic y la literatura infantil.
Hace dos años, el Premio Nobel de Literatura recayó en Annie Ernaux, autora por excelencia de la autoficción a nivel mundial, el género de ficción más cercano a las biografías y las memorias. En los últimos 10 años, el Premio Comillas de Historia, Biografías y Memorias, de la editorial Tusquets, ha premiado en nueve ocasiones a biografías y memorias. Entre los libros más vendidos de esta semana en España se encuentran tres que se podrían encuadrar en esos géneros: La llamada de Leila Guerriero (Anagrama), Los nombres de Feliza de Juan Gabriel Vásquez (Alfaguara) y Esperanza. La autobiografía del Papa Francisco (Plaza y Janés).
«Es una realidad que, al menos en el ensayo histórico, se está produciendo un fenómeno en los últimos años que es que el foco principal se pone sobre personajes concretos», expone Joan Tarrida, director editorial de Galaxia Gutenberg. «La gente ya no demanda tanto las grandes historias, por ejemplo sobre la Segunda Guerra Mundial, y prefiere centrarse en un personaje. Ni siquiera tienen que ser grandes figuras como Winston Churchill, lo que se demanda es un historia con la que el lector pueda sentirse identificado».
Es decir que la Historia ya no se explica únicamente desde los eventos que desembocaron en las grandes batallas, los golpes de Estado o los personajes centrales. No, al menos para buena parte de los lectores. «La identificación es hoy muy importante, al lector le gusta verse reflejados en gente que considera igual a sí y que se ha enfrentado a circunstancias duras y complejas. Eso, en parte, puede deberse a los tiempos de incertidumbre por el futuro en los que vivimos», remarca Tarrida.
Esa tendencia en el relato histórico la perciben otros editores literarios nacionales. «La mejor forma de conocer la historia es a través de sus protagonistas y las biografías permiten conectar con una época desde un punto de vista personal, con un enfoque más cercano y emocional», detalla Leticia Sánchez, editora ejecutiva del sello Cúpula. «Además, este tipo de relatos hacen que la historia sea más accesible y atractiva para el lector» . Y Juan Cerezo, editor de Tusquets, donde han publicado en los últimos años en su colección Tiempo de memoria biografías de filósofos, de cineastas, de escritores y de una generación de la vida barcelonesa -Terenci Moix, Leopoldo Pomés o Victoria Combalía-, aporta un matiz más: «Ese cambio en la tendencia que, en efecto se ha producido, probablemente se deba a la decadencia de los grandes relatos ideológicos».
De hecho, al igual que en lo literario, ese fenómeno se ha dado dado en la realidad política alrededor de todo el globo terráqueo. La gente ya no quiere leer los relatos ideológicos para conformar un ideario propio, igual que no quiere ir a escucharlos en los mítines de los partidos o en las sesiones de los parlamentos. Es ese fenómeno que se ha dado en llamar la sentimentalización de la vida pública. El ciudadano o el votante -también el lector- ya no se mueve solamente por una corriente de pensamiento o una posición ideológica que le sea cercana: prefiere sentir una identificación personal con su líder, conectar de forma casi pasional. Así se explica que los discursos hayan dado también un giro en esa dirección y la literatura haya tomado el mismo camino.
La reelección de Donald Trump es la sublimación de esa modificación en el relato y la designación de JD Vance como vicepresidente, la prueba de la importancia que tiene la identificación con ese relato. El actual número 2 del presidente de los Estados Unidos lo es en gran parte gracias a sus memorias: Hillbilly Elegy: A Memoir of a Family and Culture in Crisis. En ellas, publicadas en 2016 cuando Vance aún era crítico con la política del republicano, se hace una disección de cómo ese estrato social -los hillbillies, los white trash, los ciudadanos de raza blanca de zonas rurales y montañosas de clase baja- se ha entregado al actual dirigente siempre desde un punto de vista personal, el de su familia. Porque el vicepresidente de Estados Unidos se crió en Middletown, Ohio, pero sus abuelos proceden de las zonas cercanas a los Montes Apalaches de Kentucky.
«Dentro del género memoir hay ahora una proliferación de libros escritos por personajes famosos -o que lo fueron en algún momento- que explican experiencias concretas de su vida como enfermedades, duelos o adicciones, pero en realidad hay muchos otros que abordan vidas anónimas cuya relevancia viene dada por la realidad social que dibujan», aporta Oriol Alcorta, editor de Península y Planeta, que incluye en ese segundo grupo al actual vicepresidente de los Estados Unidos, quien tras sus críticas iniciales a Trump ha acabado siendo no sólo su mano derecha política sino también una de las influencias más marcadas en su discurso. Toda esa ideología ya estaba en Hillbilly Elegy como una biografía familiar.
En el discurso español también se ha producido ese mismo fenómeno. Manuel Calderón, ganador del Premio Comillas en 2024 con Hasta el último aliento, casi una biografía sobre Salvador Puig Antich a partir de su asesinato, apunta hacia la Ley de Memoria Histórica como un factor a tener en cuenta en este proceso. «Lo que hasta ahora se entendía como el gran ensayo histórico lo trataban los historiadores, especialistas y catedráticos con primeras fuentes como archivos», argumenta. «A partir de esa ley se produce un hecho que muchas veces tiene más que ver con el ajuste de cuentas que con la historiografía. Personas que no eran propiamente de ese ámbito historiográfico se meten en él para resolver los conflictos políticos actuales con los hechos del pasado».
Y eso es mucho más sencillo cuando se hace desde una figura concreta que desde un hecho histórico general. Sin ir más lejos, en marzo de este año, Junts per Catalunya llevó al Congreso la figura de Salvador Puig Antich para exigir al Gobierno que pidiera disculpas por su asesinato. «La cuestión es que se están trayendo debates históricos a la actualidad para buscar los responsables en nuestro tiempo. Ese es el motivo por el que yo me animo a escribir y relatar esos hechos basándome en fuentes como pueden ser el sumario y los testigos directos que aún siguen vivos», apunta Calderón, que ahonda en «la idea de Ortega» de que «España vive muy obsesionada por su pasado como fuente para ajustar cuentas sobre asuntos presentes».
Sin embargo, no solo la historia y la política se han visto inmersas en ese cambio: el de las memorias es un fenómeno permeable a otras tantas temáticas literarias. Una de las que más se ha desarrollado es la de estrellas del cine, la televisión, el deporte o la música que han ido relatando en su mayoría problemas de salud mental. Este fenómeno coincide con que este asunto ha ido ganando relevancia en el debate público y social, un hecho que remite nuevamente a la identificación con los lectores. «El género de la memoir está en auge porque tiene características similares a la autobiografía, pero recoge sólo episodios significativos de una vida, no toda ella en sí, y está escrita en un tono narrativo, de algún modo, la memoir es a la no ficción, lo que la autoficción a la novela», incide Oriol Alcorta, que destaca que este es un tipo de literatura «muy en boga en el mercado internacional, no solo el español».
Sánchez añade un «factor emocional fuerte» detrás de este boom: «El lector busca historias con las que empatizar. Más allá de los éxitos, el palmarés, los premios y el recorrido profesional del personaje, lo que atrapa es el relato humano, el crecimiento personal y las historias de superación».
Solo en la editorial Cúpula se han publicado las biografías oficiales de Messi y Maradona y las memorias de Elizabeth Taylor, Paul Newman o Al Pacino. Ángel Martín, presentador de Sé lo que hicisteis, ha publicado con Planeta dos libros -Por si las voces vuelven y Detrás del ruido- sobre el brote psicótico que sufrió y la posterior recuperación. Con la misma editorial ha publicado hace unos meses Víctor Elías #Yosostenido. Historia de un juguete casi roto, que relata los problemas de su infancia mientras rodaba Los Serrano y su posterior adicción a las drogas. Penguin Random House acaba de publicar Dare I Say It: Everything I Wish I’d Known about Menopause -aún sin versión en español- sobre el diagnóstico a los 36 años de una menopausia anticipada a la actriz Naomi Watts. En 2021, Javier Giner publicó en Paidós Yo, adicto -ahora convertido en serie con gran éxito entre la crítica y en la temporada de premios- sobre su adicción a las drogas y posterior tratamiento. En el sector del cómic, otro de los géneros en evidente auge en el mundo literario, Astiberri ha transformado en obras las vidas de Eadweard Muybridge, Francisco Umbral o Georgia O’Keefe; Norma Editorial, las de Evaristo Meneses al que apodaban el Eliot Ness argentino-, Claude Monet o Edgar Degás; Planeta Cómic, la de María Callas, y Turner, la de Marcel Duchamp. Y la lista podría seguir hasta completar este texto.
«Todo lo que sé sobre el amor de Dolly Alderton o Una educación de Tara Westover son también dos éxitos internacionales que han contribuido de manera significativa al auge de ese género», asegura Oriol Alcorta. En este caso, centrado en dos personajes no tan vinculados a la esfera pública ni con vitola de estrellas. «En Planeta hemos apostado fuerte por este género, no solo con la obra ya mencionada de Dolly Alderton, sino con la reciente Sociópata de Patric Gagne o Pobre, de Katriona O’Sullivan. Al fin y al cabo, estos libros nos permiten entender una problemática social concreta -el trastorno mental o la desigualdad, por ejemplo- desde una aproximación mucho más digerible que el ensayo».
Las biografías que mejor funcionan son las que muestran el lado más humano del personaje. «Por eso triunfan las historias de superación personal y claramente los temas de salud mental», coincide Leticia Sánchez. «Cada vez más figuras públicas comparten estas experiencias, haciendo que conecten con los lectores». Un punto en el que discrepa Juan Cerezo, para quien «no necesariamente» ese consumo de biografías tiene que estar relacionado con este tipo de temáticas. «Hay muchos tipos de lectores para muchos tipos de biografías», señala el editor de Tusquets.
¿Y cómo ha repercutido ese fenómeno en las ventas? ¿Se vende más no ficción? ¿Son las biografías y las memorias el género estrella? «Ahora hay ensayos más humanos, más del día a día, que llaman la atención. Un ejemplo claro son Las hijas horribles, de Blanca Lacasa y Quiero y no puedo, de Raquel Peláez», destaca Lorena Gutiérrez, responsable de La Anónima Librería, en el barrio madrileño de Arganzuela. «Es una no ficción que se está leyendo más, porque se está acercando a un público que generalmente no lee ensayo». Desde la Librería Rafael Alberti, también en la capital, han detectado ese fenómeno en el consumo. «Se vende más ensayo con enfoque personal y eso se produce siguiendo la estela de El infinito en un junco, de Irene Vallejo y Maestros de la felicidad, de Rafael Narbona, donde se ha difuminado la barrera entre el ensayo y lo literario».
Otras librerías especializadas en literatura femenina, destacan que ahora se producido también un movimiento que afecta a la autoficción. Ese tradicionalmente había sido un espacio reservado para mujeres, pues eran ellas quienes habían asumido contarse desde su literatura, pero ahora cada vez más hombres se han unido a esa corriente. «El debate siempre se había configurado como una crítica a la literatura hecha por mujeres», indica Alina Zarekaite, de la librería La Fabulosa. «Pero ahora hay más hombres que están escribiendo sobre su infancia, su paternidad, libros inspirados en su propias vidas. Igual ahora que lo hacen ellos puede ser que el género tenga más caché porque la literatura de mujeres siempre ha estado más denigrada».
Volvamos al experimento inicial. Pague el libro que haya elegido, salga de su librería y compruebe lo que lleva en su mano. ¿Será una biografía o unas memorias?